Korol y Tandeter realizan una evaluación de historia económica colonial en América Latina a través de tres procesos: minería, producción agrícola y textil. Ambos autores proponen estudiarlos bajo una nueva óptica en la que se pondere su relevancia para el estado colonial en América.

Los autores parten desde la conquista y la civilización realizada por los españoles a los grandes imperios de América de aquel entonces. De inicio se debe aclarar las múltiples formas de ver este acontecimiento crucial para la humanidad, los autores escogen una visión más económica. Afirman la presencia de una contradicción de las empresas conquistadoras: la dicotomía entre los fines de evangelización a los infieles contra la búsqueda insaciable de riquezas en el Nuevo Mundo.

La institución que hizo de pilar para el acomodamiento de los españoles en América y en la que se basaron la Corona para la organización tributaria de los indígenas y su mano de obra fue la encomienda. De origen peninsular, su implementación fue debatida e incluso vetada por parte de la Corona en algún punto, pero finalmente se impuso permitiendo así ser la base de diversos procesos económicos tanto en Nueva España como en Perú.

Tres son los rubros por los que los autores deshilan la economía colonial en la América española. La minería, la agricultura-ganadería y los textiles. Estas “industrias” fluctuaron su relevancia casi siempre dependiendo de la región en la que se ubicaban, así como en su época de producción. Dentro de todos los rubros salta en evidencia la utilización permanente y fundamental de la mano de obra indígena (organizada por la Corona a partir de las encomiendas) como el consumo intracolonial que permitió la formación de mercados urbanos-rurales; todos estos entrelazados por los rubros ya mencionados.

Korol y Tandeter argumentan los tres pilares fundamentales para la colonia española en América. Todas estas son diversas por factores igualmente variados, como su ubicación geográfica, la demografía y la disponibilidad de mano de obra, los insumos tecnológicos para su producción y un sistema burocrático que favorezca su crecimiento. Los tres siglos que significó el dominio español son motivo de estudio desde muchas visiones, siendo la historia económica otra de las muchas que nos ayudan a comprender nuestro pasado.

Los autores buscan hilar la historia de América Latina bajo una misma guía. El uso de la economía y la historia permite hacer este tipo de evaluaciones con las que podamos comprender nuestra realidad regional pero también macro regional, pues la colonización española (y sus características económico-empresariales) fue impuesta en casi toda América. Es repetitiva la presencia y la relevancia de los indígenas en todo el desarrollo económico colonial como mano de obra coactiva.